La misofonía es más que odiar el sonido de masticar

Los investigadores han identificado por primera vez las partes del cerebro involucradas en un desencadenante de misofonía menos estudiado, una condición asociada con una aversión extrema a ciertos sonidos.
Los resultados, de científicos de la Universidad Estatal de Ohio, sugieren que una explicación popular de las causas de la misofonía puede no ser correcta.
Las personas con misofonía, que afecta hasta al 20% de las personas, sienten ira, asco y ganas de huir cuando escuchan ciertos sonidos.
La masticación y los ruidos similares de la boca se asocian con mayor frecuencia con la afección. Un estudio anterior sugirió que la misofonía es causada por conexiones supersensibles entre la corteza auditiva del cerebro y las áreas de control motor orofacial, aquellas relacionadas con la cara y la boca.
Pero este nuevo estudio es el primero en examinar lo que sucede en el cerebro cuando las personas golpean los dedos repetidamente, otro sonido que puede ser un desencadenante para algunas personas con misofonía.