Las personas con misofonía a menudo informan que les molestan los sonidos orales, el ruido que alguien hace al comer o incluso al respirar. Otros sonidos adversos incluyen tocar el teclado con los dedos o el traqueteo de los limpiaparabrisas. Asimismo, las personas con misofonía dicen que a menudo también reaccionan a los estímulos visuales que acompañan a los sonidos. Los investigadores creen que las personas con misofonía pueden tener problemas con la forma en que sus cerebros filtran los sonidos y que una de las causas de los “sonidos misofónicos” podría ser su patrón repetitivo. Esa repetición luego desencadena otros problemas de procesamiento auditivo. El trastorno parece variar de leve a grave; Las reacciones pueden variar desde la ira hasta la molestia, el pánico y la necesidad de escapar. Si tiene una reacción leve, puede probar:
● Ansiedad
● Inquietud
● quiero escapar
● Asco
Si la respuesta es más severa, el sonido en cuestión puede causar:
● Enojo
● Odiar
● Pánico
● Miedo
● Sufrimiento emocional
La enfermedad puede alterar la vida social. De hecho, las personas con misofonía pueden evitar los restaurantes o incluso comer separados de su cónyuge, familia o amigos. O peor aún, pueden “atacar” a la persona que emite el sonido (físico o verbal), llorar o salir corriendo.